Guillermo Fariñas – 2010, Cuba

Doctor en Psicología, periodista y disidente político, Guillermo Fariñas ha intentado, a través de una serie de huelgas de hambre, lograr el cambio político pacífico y la libertad de expresión en Cuba.

Su huelga de hambre de siete meses en 2006 llamó la atención de todo el mundo sobre la censura de internet en Cuba y le causó graves problemas de salud.

Sin dejarse amedrentar, en febrero de 2010, tras la polémica muerte del preso Orlando Zapata, Fariñas inició una huelga de hambre y de sed que duró 134 días para pedir la liberación de los presos políticos que habían enfermado después de numerosos años de encarcelamiento. Solo puso fin a esta huelga de hambre después de que el Gobierno cubano anunciara que se disponía a liberar a cincuenta y dos presos políticos. A Fariñas no se le permitió abandonar Cuba para asistir a la ceremonia de entrega del Premio Sájarov de 2010 en el Parlamento Europeo. Por fin pudo dirigirse al Parlamento Europeo en la ceremonia de entrega del Premio Sájarov de 2013, después de que el Gobierno cubano hubiese atenuado las restricciones para viajar impuestas a los cubanos y tras el regreso de las Damas de Blanco a Cuba después de visitar el Parlamento.

En su discurso de aceptación del premio, Fariñas declaró: «Hoy estoy aquí, no porque la situación haya cambiado de manera sustancial, sino por las realidades del mundo moderno y, sobre todo, por el creciente desafío cívico de los cubanos, que ha obligado al régimen, como dijo el legendario príncipe Don Fabrizio de El Gatopardo, a "cambiar algo, para que no cambie nada"».

En 2015, Fariñas retomó sus funciones como coordinador del Foro Antitotalitario Unido, movimiento que había fusionado brevemente con el grupo paraguas de la oposición Unión Patriótica de Cuba, al que representó como portavoz. Fariñas abandonó el grupo en términos amistosos debido a una divergencia de opiniones acerca del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba, que fue anunciado en diciembre de 2014. Fariñas considera este acontecimiento como una traición a los demócratas cubanos, con la que se rompe una promesa que el presidente de los Estados Unidos Barack Obama hizo en 2013 a Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, de que consultaría a la sociedad civil y a la oposición pacífica antes de tomar cualquier decisión sobre Cuba.

En 2015, Fariñas lanzó una campaña para la recogida de las 10 000 firmas necesarias, con arreglo a la Constitución cubana, para incluir en la nueva ley electoral anunciada por el Gobierno de Raúl Castro el reconocimiento y la legalización de los movimientos políticos existentes, el derecho de sufragio activo y pasivo para todos los ciudadanos cubanos, incluidos aquellos que residen en el extranjero, y la observación electoral internacional.

Debido a su activismo, en los últimos años Fariñas ha sido objeto de amenazas de muerte y confinamiento en un hospital psiquiátrico. Asimismo, ha sido golpeado y hospitalizado, y detenido y encarcelado en numerosas ocasiones, como en el funeral de Oswaldo Payá, otro galardonado con el Premio Sájarov y disidente cubano. Con el trasfondo de la renovación de la cúpula cubana en 2018, Fariñas siguió expresando activa y abiertamente su postura crítica con el régimen, tanto dentro como fuera de la isla.

En febrero de 2020, las autoridades cubanas detuvieron a Fariñas alegando motivos administrativos vagos, lo que le impidió viajar a Bruselas para reunirse con la Subcomisión de Derechos Humanos (DROI) del Parlamento. Fariñas sigue bajo la estrecha vigilancia de las autoridades cubanas.